2019 está tocando sus notas finales, lo cual indica que la tradición anual debe cumplirse: con ustedes la infaltable lista de mis 10 discos favoritos del año (sin ningún orden particular). Si piensan que el rock está muerto, como se suele creer constantemente, los invito a pensar dos veces y a oír cada uno de los álbumes de esta lista y después hablamos. A todos les agradezco por leerme y les deseo un feliz 2020, que el año que llega nos traiga descargas brutales y ensordecedoras de esa hermosa "música del demonio" 👿 .
¡A vuestra salud!
ALTER BRIDGE- WALK THE SKY
Si bien el grupo estadounidense ya parece haber encontrado su formula musical tras 15 años de carrera y seis discos, sus lanzamientos son una descarga de adrenalina a través de canciones sólidas y adictivas. Desde la primera canción (One Life), pasando por Take the Crown y Forever Falling hasta llegar al épico cierre con Dying Light, Walk the Sky es una colección de temas llenos de riffs contundentes, melodías pegajosas, y la espectacular voz de Myles Kennedy, fácilmente el mejor cantante rock del momento.
THE BLACK KEYS- LET'S ROCK
A menos que un grupo de geólogos haya decidido grabar un disco homenaje a su ciencia, uno sabe que un álbum que se llame "Let's Rock" debe estar cargado de rock. Y sí, el noveno disco del dúo conformado por Dan Auerbach y Patrick Carney es rock en su estado más puro y orgánico. En tiempos de música meticulosa y cuadriculada no es nada menos que un bálsamo auditivo oír un grupo de canciones construidas sobre riffs tipo rock n´roll de los 60 y solos blues.
DUFF MCKAGAN- TENDERNESS
¿Qué hace en sus ratos libres un tipo que es bajista de una de las bandas de rock duro más importantes de la historia y cuyas raíces musicales están en el punk rock? Un disco de country rock. Producido por el cantautor de música country Shooter Jennings, el tercer disco de McKagan en solitario es una especie de grito de ayuda/llamado de atención que nace de las entrañas de todo lo que anda mal en el mundo. Historias de abuso sexual, tiempos difíciles en la política, tiroteos en escuelas, epidemia de suicidios y adicción a opioides son algunos de los temas que se tratan en las 11 canciones que hacen parte del álbum.
THE RACONTEURS- HELP US STRANGER
Tras 11 años del último disco del grupo, Jack White regresa con otra de sus múltiples encarnaciones musicales y nos da una lección más de sus talentos en guitarra, su peculiar voz, y una colección de canciones que parecen sacadas de la década de los 60. El estudio en el que White y su corte grabaron este álbum, el tercero de la banda, debe doblar como máquina del tiempo en la que viajaron para componer melodías adictivas de rock clásico y traerlas a la modernidad y presentarlas de una forma en la que hoy, en plena época de ritmos procesados y no muy orgánicos, funcionan con total frescura.
RIVAL SONS- FERAL ROOTS
Otros que se metieron en una máquina del tiempo para grabar su nuevo álbum, sexto en su carrera, fueron los Rival Sons. Sin ningún temor a sonar "pasados de moda", el grupo estadounidense ofrece con Feral Roots una descarga absoluta de riffs llenos de blues al mejor estilo de Led Zeppelin y de sus contemporáneos de The Black Keys. Es difícil hacer un disco con tonos vintage y no sonar aburrido o como una banda tributo, los liderados por Scott Holiday toman el riesgo y salen triunfantes.
SUM 41- ORDER IN DECLINE
A comienzos del milenio, cuando Sum 41 comenzaba a pegar fuerte, jamás pensé que llegaría el día en que uno de sus álbumes se ganara el derecho de estar entre mis favoritos del año. El día llegó. Si bien su sonido pop punk nunca ha sido totalmente de mis afectos, este disco es todo menos eso. Es un álbum de heavy metal. Punto. El grupo se ha negado a caer en la nostalgia o en el boom de ritmos procesados, e hizo un disco lleno de riffs y solos metaleros que suenan absolutamente genuinos.
TAYLOR HAWKINS & THE COATTAIL RIDERS
"Mientras tengo un tiempito libre de los Foo Fighters voy a grabar un señor disco", es lo que debió decir Taylor Hawkins, quien se lanza al agua (o al jacuzzi) con su tercera producción junto a los Coattail Riders, un álbum que suena a rock de los 70 con uno que otro signo de teclados ochenteros y reggae. Prácticamente todas las canciones cuentan con grandes invitados especiales entre ellos Dave Grohl, Duff McKagan (Guns N' Roses), Joe Walsh (Eagles), Perry Farrell (Janes Addiction), Roger Taylor (Queen), entre otros, a pesar de lo cual Get The Money nunca pierde el enfoque y la banda base nunca pasa a segundo plano.
BAD RELIGION- AGE OF UNREASON
A casi 40 años después del inicio de su carrera estas leyendas del punk siguen quejándose y señalando todo aquello que les parece que está mal con la sociedad. En este disco, el número 17 de su historia, todo lo que está mal para ellos tiene nombre y apellido: Donald Trump, a quien a lo largo de las 14 canciones del álbum atacan con guante blanco. Si creen que el punk murió con la llegada de los 80, les tengo dos palabras: Bad Religión.
WHITESNAKE- FLESH & BOOD
Con 40 años de carrera y algo más de una docena de discos uno creería que no hay nada más por hacer y que retirarse de la música para vivir de la nostalgia (por no hablar de las regalías) es el camino a seguir. No para David Coverdale, quien con el álbum número 13 de Whitesnake nos demuestra que aún tiene gasolina para rato y talento que plasmar en canciones vitales y poderosas. Shut Up & Kiss Me, Hey You (You Make me Wanna Rock), y Trouble is Your Middle Name, son claro botón de muestra de que, si bien los ochenta terminaron, los días de gloria del grupo británico están todo menos acabados.
KORN- THE NOTHING
El álbum número trece en la carrera de la banda californiana está lleno de todo lo que los hizo grandes en los 90: rabia, dolor, riffs inclementes, y las letras depresivas y melancólicas de Jonathan Davis, quien obtuvo inspiración en la pérdida de su madre y esposa en 2018 para escribir The Nothing. Sin duda esta es una muy cercana aproximación a la mejor forma de Korn en años, ¡con gaitas incluidas y la voz llorosa de Davis, quien entre lágrimas cierra el disco cantando "I failed, I failed" (fallé, fallé). Si fallar es hacer música de alta calidad, pues qué siga fallando. Nosotros lo consolamos con aplausos.