jueves, 25 de noviembre de 2021

Rituales de músicos antes de salir al escenario

 


Es moneda corriente ver a diferentes integrantes de un grupo hacer un círculo y decir unas palabras, o incluso rezar, antes de salir al escenario, pero, por lo general, los artistas tienen muchas más costumbres y ritos. Estos son algunos de ellos.

Coldplay

Antes de montarse al escenario, los integrantes del grupo británico se funden en un profundo abrazo y se dan aliento para lo que viene. Hablando de aliento, su cantante Chris Martin confeso en entrevista con el Herald Sun que hace unas 18 cosas antes de iniciar un concierto, pero que una de las más importantes es lavarse los dientes, pues de otra forma, como él mismo dice, "me sentiría menos inteligente".


Robert Plant

Uno pensaría que Plant y sus compañeros en Led Zeppelin tenían todo tipo de rituales extraños cuando estaban en la cima, pues las historias de sus andanzas y pilatunas no son pocas, pero el cantante aclaró el tema en una entrevista para BBC diciendo que nunca ha sido una persona con peticiones de diva, pero que le gusta verse bien en el escenario, razón por la cual es de vital importancia para él tener una plancha, ya que "planchar me ayuda a animarme antes de salir al escenario". 


Leonard Cohen

Conocido por ser un artista multifacético, el cantante, poeta, y novelista tenía un muy curioso ritual antes de saltar a escena. 30 minutos antes de comenzar un recital, se juntaba con su banda y equipo para repetir las palabras "pauper sum ego, nihil habeo", un verso en latín que significa "soy pobre, no tengo nada". ¿Quizás un gesto de humildad para recordar las bendiciones de las que gozaban siendo músicos?


Alice Cooper

No sería extraño que en el imaginario colectivo se tuviera a un tipo como Alice Cooper haciendo todo tipo de cosas extrañas y oscuras en su camerino, pero son dos cosas las que el cantante realiza como ritual previo a una presentación: comer dulces y ver películas de kung fu. 


Keith Richards 

Otro al que es difícil imaginar haciendo algo terrenal es al excéntrico guitarrista de los Rolling Stones, pero cuenta la leyenda que antes de tomar el escenario el legendario músico pide algo muy específico para comer: un pastel de pastor, que no es otra cosa que carné picada y cocida cubierta con puré de papa. Pero no todo es tan simple, ya que obligatoriamente debe ser él quien lo corte. Nadie puede hacerlo por él.


Jack White

Al otrora miembro de los White Stripes le gusta tomar un shot de whisky y una lata de Red Bull, pero para encontrar el frenesí adecuado para electrizar a las masas con su música, el cantante y guitarrista toma un bate y rompe cosas. 


Foo Fighters

Según Dave Grohl, "muchas bandas le piden a Dios tener el mejor concierto de sus vidas, otras hacen un grito tipo ´¡vamos, equipo!´, pero nosotros oímos Off the Wall (disco de Michael Jackson) y tomamos Jagger". Ya sabemos por qué se ven tan felices en sus shows.


Red Hot Chili Peppers

Si hay un espectáculo lleno de energía ese es el de los Chili Peppers, pero para llegar a tal nivel voltaje su cantante Anthony Kiedis dice tener que "correr, estirar, y hacer flexiones". Flea, tal vez el más "loco" de todos, parece tener que contener su electricidad y guardarla para la presentación, pues en su menú previo a un concierto están rezar y meditar. Chad Smith es mucho más tranquilo con respecto a sus rituales y hace cosas tan simples como llegar temprano al lugar del concierto, ver al público y a la banda telonera.



























miércoles, 17 de noviembre de 2021

Los 20 años del iPod

 


Hubo una época en la que no se podía llevar la música en el bolsillo, a menos que vistiéramos pantalones talla XXXXL y sus bolsillos fueron lo suficientemente grandes como para que cupiera un reproductor de CD portátil, mejor conocido como discman, o que lleváramos una grabadora en el hombro. Todas situaciones supremamente engorrosas. Pero el iPod llegó a nuestras vidas en 2001 para cambiarlas para siempre.

Este curioso y, al menos por aquel entonces, casi inexplicable aparatito no solo cambió nuestras existencias (especialmente la de los melómanos) sino la de Apple. La compañía no eran gran cosa por aquel entonces, y andaba buscando algo que la salvara. Para su fortuna, un buen día de octubre de 2001, el gran Steve Jobs se montó al escenario para presentar el primer iPod. La reacción de la industria y el público general fue de gran confusión. No se entendía por qué la empresa de la manzana mordida lanzaba un reproductor de MP3, cuando lo suyo eran los computadores. Por otra parte, hace dos décadas el ya mencionado discman, e incluso el walkman, seguía gozando de bastante popularidad. 

El éxito del iPod no fue inmediato. Tuvieron que pasar varios años para que cogiera vuelo, pero eventualmente se convirtió en la gallina de los huevos de oro de Apple. No solo todo el mundo tenía uno, sino que otras compañías de tecnología empezaron a lanzar los suyo, y -por supuesto-las imitaciones tampoco se hicieron esperar. El precio de la codiciada pieza tecnológica salió al mercado en casi 400 dólares, así que solo la gente con billeteras gordas pudo tener una en sus manos. 

Con el paso del tiempo, Apple comenzó a lanzar diferentes modelos del iPod. A la edición Classic, llegaron a hacerle compañía el Mini y el Shuffle, estos últimos muy populares por sus vivos colores, pequeño tamaño y un precio más cómodo. Además, otros modelos no solo reproducían audio sino también video. Por si fuera poco, se conectaban al computador y se sincronizaba con la colección musical que las personas tuvieran en iTunes. El iPod era tan popular, que incluso U2 tuvo una edición especial. Toda una fórmula explosiva. (continúa después de la foto)


20 años después de su llegada, el iPod ha sido descontinuado por Apple, y conseguir uno es toda una odisea. Los teléfonos inteligentes o smartphones lo han desplazado, por no hablar de las aplicaciones de música como Spotify, Deezer, o Apple Music. Y es que la música ya no es para comprar, sino para arrendar, y las nuevas tecnologías así lo saben. A pesar de la desaparición del hermoso y útil iPod, no es de descartar que este pueda hacer un regreso. Basta con mirar al vinilo y el casete, tecnologías que se creían muertas, pero hoy tienen una nueva oportunidad. Así que no vendan ni pierdan sus iPods, en unos años los podrán necesitar. El mío, un iPod Classic en el que tenía toda mi colección musical, se me cayó en el inodoro y no funciona muy bien. De ese tamaño era mi adicción a este dispositivo. 





jueves, 11 de noviembre de 2021

Astroworld y otros conciertos trágicos


Ir a un concierto es sinónimo de alegría y de pasar un buen rato. Sin embargo, ha habido ocasiones en las que, por diferentes razones, la felicidad se convierte en caos y descontrol. Tal fue el lamentable caso del festival Astroworld, en el que 8 personas perdieron la vida y hubo más de 300 heridos. Estos son algunos de los conciertos de la historia que terminaron en tragedia.

Pearl Jam en el festival Roskilde, junio de 2000

El grupo de Seattle encabezaba el cartel de artistas que se presentaron en el festival danés. Tras varios días de lluvia, el terreno se encharcó y se llenó de barro, lo cual hizo que este se pusiera peligrosamente resbaloso. Cuando Eddie Vedder y su combo tomaron el escenario, los seguidores del quinteto corrieron hacía el escenario, generando una estampida que dejó 9 personas fallecidas. En los años posteriores a la tragedia, los integrantes del grupo han conocido a algunos de los familiares de las víctimas y, según dicen, se han vuelto cercanos a ellos. 

Colapso del escenario en la Indiana State Fair, agosto de 2011

Una fuerte tormenta con vientos de más de 60 millas por hora soplaron en el lugar donde se llevaba a cabo el evento, haciendo que el escenario colapsara apenas unos minutos después de que los organizadores pidieran a los presentes buscar refugio. Como resultado de las fuertes ráfagas de viento, siete personas perdieron la vida, y 58 fueron heridas. Según las investigaciones posteriores, en el lugar había varias violaciones del código de seguridad, así como un débil plan de emergencias.

Incendio en el club The Station, febrero de 2003

La banda de rock Great White estaba tocando el club de Rhode Island, cuando su mánager encendió fuegos artificiales que causaron que la espuma de insonorización del lugar se prendiera en llamas, las cuales se propagaron rápidamente por el lugar, causándole la muerte a 100 personas e hiriendo a más de 200. Entre las víctimas fatales del suceso estuvo Ty Longley, guitarrista del grupo. El mánager de la banda y los dueños del lugar fueron acusados por homicidio involuntario, y estos últimos fueron a prisión. 

Concierto de The Who en Cincinnati, diciembre de 1979

Cientos de fanáticos del grupo inglés llegaron temprano al sitio del concierto para asegurarse un buen lugar una vez adentro. Cuando las puertas se abrieron, los asistentes corrieron y empujaron, creando una estampida que reclamó la vida de 11 asistentes. The Who había organizado una presentación en la ciudad, en la que no han tocado desde entonces, pero los planes tuvieron que ser aplazados por la pandemia del coronavirus. 

Los Rolling Stones en Altamont, diciembre de 1969

Altamont había sido creado con la intención de que fuera una especie de Woodstock parte 2, pero la paz y el amor no estuvieron presentes. Artistas como Santana y Jefferson Airplane estuvieron en el festival, pero la falta de planeación y la no muy brillante idea de que los Hell Angels, una pandilla de motociclistas, velaran por la seguridad del evento, crearon tensiones entre ellos, los artistas, y asistentes. En medio del set de los Stones y antes los ojos de Mick Jagger, un miembro de "seguridad" apuñaló a un integrante de la audiencia, quien le habría apuntado con un arma de fuego. Para muchos, el caos de este concierto es considerado como el final oficial de la generación de la paz y el amor. 














 

miércoles, 3 de noviembre de 2021

Lulu: 10 años del disco más confuso de Metallica

 


Desde mediados de los 90 Metallica no ha sido ajeno a las controversias y a las decisiones cuestionables. Que se cortaron el pelo, que ya no hacen metal, que se vendieron, que ya no tienen pinta de metaleros, que hicieron un disco sin solos (St. Anger), que se fue Jason Newsted, que hicieron un álbum con una orquesta sinfónica, etc, etc, etc, zzzz, zzzz, zzzzzz.......

Pero la movida del grupo de San Francisco que más ha levantado cejas y ha hecho que muchos se rasquen la cabeza se llama Lulu, álbum lanzado en 2011 junto a Lou Reed. Cuando se hizo el anuncio, muchos pensaron (me incluyo) que se trataba de algún tipo de broma. Lastimosamente (para la inmensa mayoría) la noticia era real: las leyendas del thrash metal se juntarían con quien es considerado como el padre del rock independiente. ¿qué podría salir mal al juntar a dos artistas icónicos en un mismo álbum? Bueno, mucho.

Nada tenía sentido. Los mundos musicales en los que Reed y Metallica tienen sus aventuras sónicas son absolutamente distintos, y no supieron encontrarse a mitad de camino, en un lugar que fuera lo suficientemente coherente para ambos. Todos los integrantes de Metallica se oyen totalmente confundidos, casi cómo sin saber dónde están ni para dónde van, en especial James Hetfield, quien intenta con todo su esfuerzo de hacer que letras como "I am the table (yo soy la mesa)", de la canción The View, suenen convincentes y se ajusten a su estilo. Por su parte, Lou Reed, acostumbrado a tener un apoyo musical menos estridente, no se sabe si está hablando, cantando, o haciendo ambas a la vez. Su voz, ¡sorpresa!, no suena bien junto a la furia de Metallica. 

Sin embargo, es precisamente Reed quien salió mejor librado de este Frankestein sonoro. Nadie lo culpó a él por el fallido experimento. Todo el peso de la crítica se lo llevaron Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammett, y Robert Trujillo. A propósito de la crítica, esta fue todo menos benévola con Lulu. Algunas publicaciones, como el caso de Pitchfork, le dieron al lanzamiento un puntaje de 1 sobre 10, señalando que el disco es "extremadamente audaz, pero su resultado es agotadoramente tedioso". Chuck Klosterman, analista de cultura pop, dijo que el álbum suena "como si los Red Hot Chili Peppers hicieran versiones acústicas para Starbucks de las 12 peores canciones de Primus". Los integrantes del grupo, ocasionalmente celebran los aniversarios de Lulu de manera jocosa, publicando cosas como "hoy es el aniversario de su disco favorito".

Tal vez en algún aniversario el disco por fin tenga sentido y podamos valorarlo, pero ese no ha sido el caso en sus primeros 10 años. ¿Quizás en el aniversario 20?