A comienzos de siglo, el rock dominaba el show de medio tiempo del Super Bowl. Quienes amamos el género esperábamos con ansias cada año que llegara el medio tiempo del partido, pues sabíamos que algún gran artista iba a montarse al escenario a darnos una buena dosis de rock. Infortunadamente, nuestra alegría terminó cuando en 2010 los encargados del espectáculo decidieron dar un giro radical a los artistas que se presentaban.
De Paul McCartney en 2005, los Rolling Stones en 2006, Prince en 2007 con la mejor presentación de la historia del evento, Tom Petty en 2008, Bruce Springsteen en 2009, y The Who en 2010, pasaron a una fría y aburrida seguidilla de artistas que sencillamente no han tenido la talla ni el voltaje correctos para tan grande escenario. De Black Eyed Peas a Madonna, de Beyonce a Katy Perry, de Coldplay a Lady Gaga, pasando por palidísimas presentaciones de Justin Timberlake, The Weeknd, Maroon 5, hasta llegar al somnífero de Rihanna anoche. Ninguno ha realmente brillado en el escenario, al menos no de la misma forma en que lo hicieron quienes estuvieron en durante la primera década del siglo. Ni hablemos del desastre que fue Bruno Mars en 2014 cuando -para hacer las cosas aún peores- les dio por invitar a los Red Hot Chili Peppers para que estuvieran menos de 3 minutos y sin dejarlos tocar realmente en vivo, razón por la cual salieron a escena con los instrumentos desconectados y haciendo mímica. Una falta de respeto poner de acompañantes de Bruno Mars a unos tipos que para 2014 cumplían tres décadas haciendo música.
No me entiendan mal. El pop o cualquier otro género merecen su lugar en el show de medio tiempo del Super Bowl, pues la buena música no es exclusiva de ningún estilo o corriente musical específica. Es solo que la fórmula no parece haber tenido los mejores resultados, y ya han pasado 14 años desde la última vez que un artista rock estuvo a cargo del medio tiempo. Se puede llegar a afirmar sin temor a errar que la razón tras el cambio de rock a pop está en el rating. Los organizadores seguro piensan que Rihanna les puede ayudar a subir los números de una forma que ningún artista rock puede. Eso puede o no ser cierto. Lo que sí es cierto es que el rock puede encender el escenario de una forma en que ningún otro género puede. Con músicos sudándola sobre el escenario, en vez de docenas de bailarines y cero músicos. ¿Cuánto tiempo estuvieron los músicos de Rihanna anoche sobre el escenario? No pudieron haber sido más de 2 minutos.
Cerremos los ojos un momento e imaginemos que en 2024 Metallica es el escogido para hacer el show de medio tiempo. Se apagan las luces. Suena The Ecstasy of Gold, pieza de Ennio Morricone que siempre suena por los altavoces justo antes de que la banda salga al escenario. El estadio se queda a oscuras. La gente grita. De repente, los inconfundibles acordes de Master of Puppets comienzan a estremecer el estadio. Metallica toca un fragmento de la canción. De este clásico pasan a la parte más pesada de One. Fuego y pólvora hacen su aparición. Se acaba la canción. James Hetfield hace "rechinar" su guitarra contra uno de los amplificadores. Comienza Enter Sandman. Más pólvora. Más fuego. Termina la canción. Los cuatro integrantes de Metallica hacen una venia y se retiran. El público y los jugadores quedan encendidos después de tanto voltaje. La energía de la banda en vivo contagia a los asistentes y jugadores. Se hace historia musical con tan solo cuatro tipos y sus instrumentos. Sin tanto bailarín ni gente flotando por los aires en plataformas.
El día después del Super Bowl siempre sueño con un mejor mañana para el show de medio tiempo. Un mañana en el que Metallica, o Guns N' Roses, o Foo Fighters, la rompen sobre el escenario, pero hace un rato vi una foto de anoche del organizador del espectáculo junto a Billie Eilish en uno de los palcos del estadio y tuve que despertar.
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