lunes, 4 de marzo de 2019

In Memoriam: Keith Flint


Cada cierto tiempo aparece un grupo que me saca de mi roquera zona de comodidad. The Prodigy ha sido uno de esos grupos. Era el año 1997 cuando la banda británica lanzó su tercer álbum: The Fat of the Land. Por esa época estaba muy ocupado con lo que acontecía en el mundo del rock. Metallica, Marilyn Manson, U2, entre otros, tenían mis oídos llenos, pero de repente MTV empezó a rotar los videos de Firestarter y Breathe. Algo en estos me llamó la atención, a pesar de que no se tratará de rock o metal. Sí, era música electrónica, pero con una actitud muy rock. Keith Flint parecía un cantante de un grupo punk, lleno de piercings y pelo pintado, casi como si Johnny Rotten de los Sex Pistols hubiera rejuvenecido para ser el frontman de un grupo de electrónica.

Tras caer en lar redes del grupo terminé comprando un par de sus álbumes. Uno que no me gustó -Experience, su álbum debut- pues era electrónica al 1000 %, y The Fat of the Land, el cual, a propósito, empezó a pegar fuerte dentro de mi círculo de amigos. Supongo que todos entendimos la energía rock detrás de los beats. Además, fue un disco lanzado en el momento perfecto, pues había un  apetito e interés grandes por sonidos electrónicos, si no pregúntele a Bono, quien con U2 sacó ese mismo año un disco (Pop) que era prácticamente uno de música electrónica. 

La puesta en escena de Flint, al igual que su voz e imagen, era muy punk: peligrosa e impredecible. En 2015 en entrevista con The Guardian señaló: " Éramos peligrosos y excitantes. Ahora nadie quiere serlo". Su aura de peligrosidad era tan grande que la BBC sacó de rotación el video de Firestarter, pues más de un padre se quejó de este diciendo que los movimientos y gestos del cantante asustaban a sus niños.

Una de las misiones del rock y de sonidos extremos que navegan en las aguas de la contracultura es asustar a los padres. Lo hiciste bien, Keith. 









viernes, 1 de marzo de 2019

La Historia de A-ha y su Clásico Take on Me


Para resumir la historia de una de las canciones más icónicas de los 80 (y de la historia), se puede hacer citando la famosa frase "no todo termina como comienza". Antes de ser la canción que hoy en día muchos "cantamos" en fiestas y karaokes (las notas agudas del coro son imposibles), Take on Me sufrió varios cambios drásticos. Su primer título fue "Lesson One", para luego pasar a llamarse "All´s Well that Ends Well and Moves with the Sun", título con el que tal vez no hubiera llegado muy lejos. Su primera versión data de 1984, mientras que la segunda es de 1985 y fue incluida en Hunting High and Low, álbum debut de A-ha. Al comparar ambas se nota la evolución que tuvo la segunda y las mejoras vocales e instrumentales, por no hablar de los varios adornos que se le agregaron. 

En entrevista con la revista Rolling Stone en 2010 el teclista y compositor del trío noruego, Magne Furuholmen, reveló que parte del sonido de la canción fue inspirado por The Doors. "Ray Manzarek fue muy influyente. Su forma matemática pero melódica de tocar el instrumento fue una gran influencia en mi acercamiento al teclado". La primera versión de la canción no les gustó, así que decidieron grabarla de nuevo, esta vez con la ayuda de un productor diferente. La nueva versión tampoco fue de su agrado, pero la disquera tenía fe en esta e invirtió en un video innovador para acompañarla y reemplazar el video original (uno muy plano y aburrido en el que el trío interpreta la canción en un estudio), sin saber que se convertiría en uno de los más icónicos y recordados de la historia.

Take on Me fue número uno en Estados Unidos y también a nivel internacional, pero el sencillo sucesor, The Sun Always Shines on T.V, apenas pudo alcanzar la casilla 20 del Hot 100, siendo esta la última vez que el grupo estaría en los listados estadounidenses, lo cual puede deberse a la negativa de A-ha de incluir el súper éxito en sus presentaciones en el país del tío Sam. 

Según Furuholmen el video fue lo que hizo del tema un éxito masivo. "La canción tiene un riff pegajoso, pero hay que oírla varias veces y no creo que la gente le hubiera puesto atención sin el gran impacto del video". En 1986 el clip de la canción, dirigido por Steve Barron y que cuenta una hermosa historia de amor a través de efectos especiales muy avanzados para su época, se llevó 6 premios MTV. 

A la fecha Take on Me sigue contando con gran popularidad y suena más fresca que nunca, pues la música guiada por teclados tiene un lugar privilegiado en la escena actual. Incluso grupos más modernos y alejados del synthpop como Weezer han hecho sus propias versiones de esta. Los ochenta fueron una época en la que varios géneros y subgéneros tuvieron notoriedad y sonidos como el heavy metal y el glam rock de la mano de bandas como Poison, Motley Crue y Metallica invadieron las ondas radiales, pero si me preguntan qué canción es la más representativa de la década, la respuesta es simple: Take on Me.