jueves, 9 de mayo de 2019

Artistas que Deberían Retirarse


Dejar de hacer algo debe ser muy difícil. Retirarse de una actividad que uno lleva haciendo toda la vida ha de ser psicológicamente impactante, pero la realidad es que a todos nos llegará la hora de dejar de hacer algo, ya sea por que no nos gusta más, ya no somos buenos en ello, por quebrantos de salud, o nadie aclama nuestra labor. A los músicos les pasa igual, a pesar de que tendemos a verlos como seres intocables e inmortales. Mucha culpa la tenemos nosotros, pues pedimos más y más de ellos como si fueran robots. 

Con ustedes un forzoso top 5 de artistas que, al menos en mi concepto ya dieron todo lo que tenían para dar y deberían colgar la toalla. 

1. Rolling Stones


Como roquero que soy y gran admirador de los "Dinosaurios del Rock", creo que es hora de que los Stones digan adiós. Respeto su longevidad y entereza, pero a Charlie Watts (baterista) se le notan los brazos cansados, y -por si fuera poco- Mick Jagger acaba de ser sometido a un delicado procedimiento cardiaco. Seguro lo veremos volver a los escenarios, pero ya su cuerpo le dio una serie advertencia, y no queremos que se nos desplome en medio de una presentación, ¿o sí? Keith Richards debería armar toldo aparte y salir de gira otros 50 años. 

2. Charly García


El rock en español le debe mucho, si no todo, a Charly García. No creo que sea posible que exista un músico latino que no tenga algo de él en su música. Si bien sus quebrantos de salud son materia pública desde hace muchos años, personalmente no sabía que estaba tan mal hasta que vi su biografía en Natgeo. Es casi doloroso ver lo que le cuesta montarse a un escenario hoy por hoy. Casi que ni la boca puede abrir para cantar y la agilidad para tocar piano lo ha ido abandonando. Te queremos, Charly, pero duele verte así. 

3. Madonna


No tengo absolutamente nada en contra de la gente mayor. ¡Carajo! Después de todo yo no es que sea muy niño que digamos, pero sé que hay un punto en la vida en el que hay cosas que ya no se ven bien. Por ejemplo, yo dejé de ser un ave de la noche y bares hace casi una década, pues me veía ridículo y me sentía igual. En el caso de Madonna, al bailar se le ve pesada y carente de la agilidad de antaño. Y es normal, ya no tiene 21 años, tiene 60. Por si fuera poco, su música clásica ha envejecido terriblemente mal (no sé si haya una canción más anticuada que Material Girl) y cuando ya hasta te toca hacer dúos con Maluma creo que es mejor irse a tejer sacos. 

4. Limp Bizkit


La época en la que los liderados por Fred Durst mandaban en el mundo de la música pasó hace dos décadas. Sus canciones eran himnos de rebeldía para la juventud, pero esa juventud ya envejeció y ellos también. Una cosa es cantar a la locura adolescente a los 23 años y otra cosa muy distinta es hacer lo mismo a los casi 50. Si bien el grupo sigue tocando con regularidad en vivo, su público se ha reducido gradualmente y no ha rejuvenecido. Hace varios años Limp Bizkit lleva amenazando con un nuevo álbum, pero ¿a quién le interesa? Parece que ni a ellos.

5. Ozzy Osbourne


A sus casi 70 años el padre del metal está en una etapa en la que la más leve brisa se lo lleva volando. Si hay algo que nunca hago es burlarme de los problema de salud de las personas y aquí no lo estoy haciendo, pero a Ozzy se le ve muy sensible. Le da gripa y termina hospitalizado por neumonía y aplazando su gira hasta el otro años. Hace unas pocas semanas sufrió una lesión cuando iba a acostarse y se tropezó con un zapato. Cuando hasta acostarse a dormir se vuelve un deporte extremo es hora de parar. Ozzy, creo que tus días de morder palomas terminaron. 

Artistas que se salvaron por un pelo de estar en este top: Backstreet Boys (ya ni boys son), Kiss (porque ya se están retirando), Bon Jovi (a sus conciertos solo van soccer moms), Stone Temple Pilots (sin Scott Weiland nunca lo van a a lograr).










jueves, 2 de mayo de 2019

Metallica y Su Primera Visita a Colombia


Un 2 de mayo de 1999 el cuarteto de San Francisco se presentaba por primera vez en territorio colombiano. El número de asistente nunca lo he tenido claro. Algunos dicen que hubo 30.000 almas en el Parque Simón Bolívar, otros dicen que fueron 90.000. Lo que sí sé es que ha sido uno de los conciertos más apoteósicos que se han visto en el país.  

Por aquel entonces la imagen del país era muy negativa. 20 años después no es difícil ver cómo hemos cambiado como sociedad. Nos falta, pero ahí vamos. Que Metallica viniera era algo que parecía nunca iba a suceder. Yo estaba en la universidad y recuerdo ir caminando a mi apartamento cuando en una camioneta sonaba una canción del grupo, Turn the Page, y el DJ interrumpió para anunciar algo. No pude oír bien, pues seguí caminando y alejándome del vehículo. Pero en cuanto llegué a casa mi mamá me dio la noticia. No lo podía creer. Uno de mis grupos favoritos iba a venir. ¿A Colombia? Era increíble, pues por estas tierras no pasaba nadie. O bueno, todos pasaban derecho en su camino a Argentina, Chile o Brasil. Colombia era una ruleta rusa y ningún artista quería tener problemas con la precaria seguridad del país. El panorama de conciertos aquí era tan pobre, que el último gran concierto había sido Def Leppard en 1997. Antes de ellos Elton John y Bon Jovi estuvieron en 1995. INXS en 1994 y Guns N´Roses en 1992. 

La venta de boletas fue un caos. No había orden alguno y a estas se podía acceder acercándose a unas cuantas distiendas y rezar para que aún hubiera existencias. Yo estuve el día que salieron a la venta desde las 6am haciendo una fila interminable, todo para llegar a la puerta de la tienda a las 4pm y que un tipo que trabajaba ahí dijera "las boletas de platino (la mejor localidad) se acabaron. De pronto mañana llegan". Yo pensé: "mierda. No puedo quedarme sin ver a estos tipos". ¿Qué hice? Fácil. Capar clase otra vez al día siguiente para ir a otra tienda. Fui con un amigo. No había casi nadie haciendo fila, pues el rumor era que ya las boletas de platino estaban agotadas, pero no era así y pudimos comprar las nuestras. Mi felicidad era indescriptible. Al salir de la tienda me monté en un bus con la boleta en el bolsillo, todo el tiempo tocándola y protegiéndola como si se tratara de mi vida, y -de cierta forma- se trataba de mi vida. (continúa después de la foto)


Dos meses después por fin llegó el gran día. La entrada al concierto fue un desorden total. Muy a la colombiana. Gente corriendo, saltándose barreras de seguridad, colándose, etc. Confieso haber saltado por encima de un policía que estaba en el piso cuando la multitud salió a correr para ganarse unos puestos en la fila y estar más cerca al escenario. La logística era tan deplorable que la fila pasaba por encima de un puente peatonal. ¡Un puente peatonal sosteniendo a varios cientos de personas! Por si fuera poco, cuando estábamos en el puente por los parlantes tuvieron la brillante idea de poner One. En la parte pesada de la canción todo el mundo comenzó a saltar y el puente a sacudirse como un edificio en un terremoto japonés. Pensé que el puente se iba a caer y me iba a tocar ver a Metallica desde el cielo. Finalmente pudimos entrar y ver a la Pestilencia, cuota colombiano en el concierto, par después ver a Fanny Mickey (gran impulsora de la cultura en Colombia) decir algo así como "¿Están listos para Metallico?". Sí, ¡Metallico! Los chiflidos y otras muestras de gaminada chibchombiana no se hicieron esperar.  


A las 7:20 de la noche y recién bajados del avión (así de mala era la imagen del país que el grupo no quiso quedarse más tiempo del necesario) Metallica subió al escenario para patear el trasero de todos los allí presentes. Pogos, saltadera, gritos y mucho calor fueron los protagonistas del concierto, y -por supuesto- el brutal setlist que James Hatfield, Lars Ulrich, Kirk Hammett y Jason Newsted nos ofrecieron. Un hermoso paseo por toda su discografía. Finalizado el evento y con una sensación de júbilo inmortal y agotamiento extremo volví a casa con el alma llena y el sueño cumplido. Al día siguiente tenía clase de 7am, pero no pude ir. No había una zona de mi cuerpo que no estuviera azotada por el dolor y la exigencia física que representa un concierto de Metallica. Mi cuello seguía doliendo de tanto headbanging una semana después. si bien Metallica ha venido varias veces después de esa ocasión (¿4, 5? Ya perdí la cuenta), esta  siempre será sin duda la más memorable.