La muerte y el rock n´roll van, lastimosamente, de la mano. Drogas, alcohol, y accidentes son las principales causas. Sin embargo en los últimos años una nueva causa se sumó a estas: el suicidio. Kurt Cobain, Avicii, Elliot Smith, Ian Curtis, Brad Delp, Chris Cornell, Chester Bennington, engrosan esta triste y oscura lista...y no nombré a todos.
¿Qué está pasando? ¿Por qué los artistas están tomando esta salida y qué está haciendo la industria para ayudar?
Para responder a la última pregunta, no mucho. De hecho, parecen estar haciendo más por llevarlos a estos trágicos desenlaces que para evitarlos. Para ilustrar mejor este punto tomemos el caso de Michael Jackson. Él no se suicidó, no, pero su estado de salud no era el adecuado para comprometerse a hacer la gira masiva a la cual los promotores lo comprometieron. Su salud mental posiblemente tampoco era la mejor, por ende, no podía dormir y el doctor Conrad Murray terminó suministrándole más Propofol del que el cuerpo de Jackson pudo tolerar. ¿Ven el punto que quiero hacer? Se los pongo más claro: la industria está, tal vez sin halar el gatillo y apretar la soga literalmente, tratando a sus "protegidos" como pedazos de carne, importándoles muy poco su bienestar, ni físico ni emocional. Si a Jackson no lo hubieran prácticamente obligado a hacer esa gira de despedida en Londres, o al menos le hubieran permitido hacerla en un espacio más largo de tiempo y con menor intensidad, tal vez el Rey del Pop aún estaría deleitándonos con su genialidad.
Sí, los músicos tienen cicatrices de vida (llámese abuso sexual cuando eran niños, abandono por parte de sus padres, bullying etc) que los llevaron a buscar refugio en sustancias alucinógenas y ,por supuesto, al arte. La industria sabiendo esto, porque vaya que lo saben muy bien, ¿por qué no les dan una mano y los ayudan a lidiar con sus males? Fácil, porque no les conviene que estén sanos. Pensemos, las mejores manifestaciones de arte tienen sus inspiración en las drogas. Las drogas amplían la creatividad de los compositores, si no pregúntele a los Beatles, los Rolling Stones, o a Jim Morrison. Luego entonces, un artista sin drogas no va a componer cosas tan buenas y no va a vender, y si no vende no hay ingresos. Llevar a un músico a terapia psicológica es sanar su mente, y si sana su mente no hay dolor, si no hay dolor no hay buenas canciones, y si no hay buenas canciones las cuentas bancarias no crecen. Lo que es aún peor: para la industria vale más un artista muerto que uno vivo. ¿Recuerdan qué pasó con la música de Michael Jackson (o de cualquier otro artista) al momento de fallecer? Volvió a consumirse como pan caliente. El muerto el hoyo y el vivo al dinero, dirían por ahí.
Lo que más me preocupa, además de seguir perdiendo músicos ilustres y seres humanos (aunque para la industria no lo son), es el ejemplo que estos artistas y sus decisiones -respetando el dolor que los llevó a esto- es el ejemplo que dan. Cuando Kurt Cobain se quitó la vida en 1994 hubo más de uno que siguió el ejemplo de su ídolo.
Si usted o alguien que conoce está sufriendo, busque ayuda, por favor. Profesional o no, preferiblemente profesional, pero busque ayuda. Le garantizo que siempre hay alguien dispuesto a oírlo. Ahora, quienes no padecen de trastornos de tipo mental tienen un rol sumamente importante en esto: no aportar al estigma. Mucha gente no habla de sus problemas por temor a ser objeto de burla o tildados de "locos". Hay que frenar esta epidemia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Deja tus críticas, reclamos, flores, insultos aquí!