Con la salida de Estados Unidos de Afganistán tras la orden de Joe Biden, algo tan simple como hacer música se ha convertido en un riesgo mortal en el país ahora gobernado por el movimiento talibán. La gran mayoría de personas encuentran en la música un refugio, un escape o forma de diversión. No los talibanes. Ellos odian la música, la consideran algo profano que distrae a la gente de venerar a Dios, razón por la cual quieren erradicarla.
Primero, censuraron las estaciones de radio. Después, la prohibieron en lugares públicos y cerraron los colegios de música. Ahora, y esto es aún más grave, están asesinando músicos. Tal fue el caso del cantante de folk Fawad Andarabi, quien fue sacado a la fuerza de su casa y ejecutado, algo que -de momento- el movimiento talibán niega.
La grave situación de los músicos ha hecho eco en el mundo del entretenimiento occidental. Tom Morello, guitarrista de Rage Against the Machine, está pidiendo ayuda a la industria musical para que ayuden a rescatar a un grupo jóvenes guitarristas femeninas llamado Girl With A Guitar. El mismo Morello ha colaborado musicalmente con ellas, así como Sammy Hagar, excantante de Van Halen, y Chad Kroeger, de Nickelback.
"Escribo esto en nombre de una jóvenes muy especiales que están en serio peligro", señala Morello. "Girl With a Guitar le da la oportunidad a niñas huérfanas y que hayan vivido experiencias traumáticas, y usa la música como vehículo de rehabilitación y solución a sus problemas". El guitarrista concluye diciendo que "desde que los talibanes asumieron el poder, su colegio ha sido destruido y las niñas están escondidas. Ellas están en gran riesgo, pues se sabe que han interpretado música occidental y que fueron educadas por un profesor norteamericano. Cualquier cosa que puedan hacer para ayudarlas, será altamente apreciado".
Lanny Cordola, fundador del grupo, creó Girl With a Guitar en 2015, tras conocer a una joven quien había perdido a sus dos hermanas en un ataque suicida. En este momento, Cordola se encuentra en Pakistán tratando de salvar a 12 niñas, sus familias y su chofer personal.
¡Que la música JAMÁS sea silenciada!
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