Octubre de 1995 era un momento más bien opaco para la escena del rock que había brillado de forma candente durante el primer lustro de la década. Nirvana -y buena parte del movimiento alternativo- murió con Kurt Cobain. La escena del grunge comenzaba a dar paso a sonidos más pop e industriales. El rock dejaba lentamente de ser el género dominante en el mainstream. Sin embargo, antes de que el barco se hundiera, los Smashing Pumpkins tenían seis últimas palabras que decir: Mellon Collie and the Infinite Sadness.
Casi sin buscarlo, y viéndose más como un Zero que como un hero, Billy Corgan lideró un último momento de grandeza alternativa con el lanzamiento del álbum doble conceptual de 28 canciones, las cuales se paseaban por diversos sonidos musicales, dejando atrás el enfoque más estridente y cargado de guitarras de sus dos álbumes previos. Temas como Bullet with Buttefly Wings y Fuck You nos daban todo lo que nos hizo amar a los Pumpkins, pero el futuro sónico del cuarteto de Chicago comenzaba a asomarse. El rock pesado estaba presente, seguro, pero la banda comenzó a experimentar con sonidos de piano en canciones como la que da nombre a la producción, una orquesta en vivo en Tonight, Tonight, así como sintetizadores y loops en la exitosa 1979.
La crítica aplaudió a Mellon Collie, sobre todo por sus esfuerzos en alejarse del sonido clásico del grupo y atreverse a experimentar. Incluso algunos se atrevieron a llamarlo el The Wall de la Generación X. Si el álbum está a la altura del lanzado por Pink Floyd, es discutible. Lo que si es cierto es el favorito indiscutible de la mayoría de los fans del grupo. Billy Corgan, canta y guitarrista de la agrupación, reveló recientemente que la idea era celebrar el cuarto de siglo del álbum con una gira conmemorativa, pero que por razones de bioseguridad ese plan se ha visto aplazado hasta nueva orden. Por otra parte, el líder de la banda también confirmó que actualmente están trabajando en un álbum doble que cierre la trilogía que comenzó con Mellon Collie y continuó con Machina/The Machines of God.
Feliz cuarto de siglo, Mellon Collie! Álbum que fue una importante banda sonora de mi adolescencia... casi al punto de la obsesión.
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