jueves, 29 de septiembre de 2016

Silverchair: La Banda que el Tiempo Olvidó


Han pasado 21 años desde que el trío australiano lanzó Frogstomp, su álbum debut, y han pasado casi 10 años desde su último álbum y cuatro desde que anunciaron su "retiro temporal". Muy poco ruido generó su separación. Es posible que algunos apenas se estén enterando al leer estas líneas. En las casi dos décadas que estuvieron juntos, Daniel Johns, Ben Gillies, y Chris Joannou, vendieron cerca de 10 millones de copias de sus 5 discos a nivel mundial. Cifra nada despreciable, pero la banda mereció más, mucho más. Sus videos rotaban con bastante frecuencia en MTV, así como sus canciones en la radio. Fanáticos no les faltaban. Entonces ¿qué pasó?, ¿Por qué la popularidad del grupo pareció diluirse en la nada y desaparecer casi sin dejar rastro?,  ¿Por qué el grupo no logró ser más grande?

Tal vez el hecho de ser australianos no les ayudó. Es cierto, Australia nos ha dado grandes artistas como AC/DC o INXS, pero cuando Silverchair comenzó a pedir pista a mediados de los 90, Estados Unidos tenía dominado el mundo de la música, por lo menos del rock. Reino Unido, por su parte, apenas trataba de levantar cabeza y comenzaba a avisar que el brit pop venía en camino de la mano de Oasis y Blur, entre otros. Los oídos del mundo estaban muy concentrados en el grunge y post-grunge como para prestar atención a un trío de adolescentes australianos. Y cuando digo "adolescentes", realmente quiero decir "niños", pues los integrantes del trío tenían todos 15 tiernos años cuando salió su primer disco, lo cual pudo haber aportado a que no tuvieran mayor éxito. Eso, precisamente, fue lo que me llamó la atención de ellos. Todas las canciones de Frogstomp cuentan con gran madurez musical y lírica, a pesar de lo que señaló la crítica en su momento. Daniel Johns siempre fue un gran compositor, quien a pesar de su edad sonaba muy maduro y experimentado. Cuando escuché Silverchair por primera vez, me sentí identificado por varias razones: tenían mi misma edad y yo estaba tratando de aprender guitarra. Ellos me demostraron que no hacía falta ser un veterano para sonar bien y tener éxito, y que si ellos podían hacerlo, yo también. Lastimosamente para mí, nunca tuve la disciplina o paciencia para seguir tocando.


El parecido de Johns con Kurt Cobain era innegable, física y musicalmente. Muchos lo tildaron de "copietas". ¿Qué querían?, ¿Qué se hiciera una cirugía plástica para cambiar su apariencia? Cuando Frogstomp llegó a las tiendas en marzo de 1995, el rock seguía de luto por la muerte de Cobain, por ende, muy pocos pudieron obviar los parecidos entre Nirvana y Silverchair y vieron en el sonido y apariencia de los australianos un intento oportunista por sacar dividendos del legado dejado por el grunge. Además, el disco era una mezcla clarísima entre los sonidos de Nirvana, Pearl Jam y Soundgarden, lo cual no ayudó en nada a Johns y compañía a quitarse de encima el rótulo de "wannabes". El rock alternativo estaba muriendo. Silverchair llegó muy tarde.

Después de Frogstomp, el trío sacó al mercado 4 discos más, siendo Freakshow y Neon Ballroom los más exitosos. Con canciones como "Freak", "Abuse Me", Ana´s Song (Open Fire), y Anthem for the Year 2000", Silverchair logró colarse en la rotación de la radio mundial y ganar cierto respeto y reconocimiento, pero una vez finalizados los 90, todo se derrumbó. Su sonido, como el de otros tantos grupos noveleros, parecía anticuado frente a las tendencias marcadas en aquel entonces por el nü metal y el regreso del rock de garaje. En mayo de 2011.

En mayo de 2011, Silverchair anunció que se separaba de forma temporal, pero hay quienes afirman que dicha afirmación es solo una forma de maquillar el hecho de que nunca van a volver a tocar juntos. Sin embargo, y según los mismos integrantes del trío, antes de su separación, un nuevo álbum estaba casi listo y este sería lanzado eventualmente.




















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