jueves, 23 de mayo de 2013

Stone Linkin Pilots/ R.I.P Ray Manzarek


 El pasado lunes en la mañana, mientras hacía mi habitual ronda por la sección de noticias de diferentes medios de comunicación musicales, un titular en especial llamó mi atención: “Chester Bennington es el nuevo cantante de Stone Temple Pilots”. Lo primero que hice fue revisar la fecha, pues pensé que era April Fool´s (la version gringa de nuestro Día de los Inocentes). Pero no, no era ni primero de abril ni 28 de diciembre. Además, estaba en todos los medios. Tenía que ser cierto. Sin embargo, el titular se leía extraño. Tan extraño como aquel que confirmaba que Lou Reed y Metallica estaban trabajando juntos en un disco. Una vez más, dos mundos musicalmente opuestos juntaban fuerzas. Para quienes no saben, Chester Bennington es el cantante del grupo estadounidense Linkin Park. Si conocen el trabajo de la banda, sabrán que su sonido es una mezcla de nü metal, rock electrónico y algo de pop (a veces me suenan como una boyband con instrumentos, pero eso es otra historia). 

Stone Temple Pilots y Linkin Park, al menos en mis oídos, no tienen similitud alguna en su música. Mientras STP es uno de los máximos representantes del grunge/post-grunge del primer lustro de los 90, Linkin Park fue uno de los abanderados -junto a bandas como KoRn y Limp Bizkit- del nü metal de finales de la misma década.

Después de corroborar la información en diferentes medios (como me fue enseñado en la universidad), supe que no había vuelta de hoja. Chester Bennington es el nuevo cantante de Stone Temple Pilots, reemplazando al problemático pero talentoso Scott Weiland. En cuanto confirmé la noticia, una pregunta surgió: ¿Cómo sonará la música del grupo con la voz de Bennington? Sencillamente no me cuadraba. La respuesta a mi pregunta llegó en la forma de una serie de videos publicados en internet. En ellos, el grupo toca en vivo algunos de los clásicos de la banda. Al pensar en reemplazos para Weiland, mil y un nombres me parecían una buena opción. Nunca se me ocurrió el del cantante de Linkin Park, quien, dicho sea de paso, no le quedan para nada grandes los zapatos de su predecesor.

Con respecto a la nueva alineación de Stone Temple Pilots, según Bennington, la idea es grabar música juntos. Sin embargo, no es claro cuándo o cómo será lanzada. A pesar de esto, el grupo ha adelantado una muestra de lo que viene, una nueva canción: Out of Time. ¿Mi veredicto? Muy buena. Aunque siento que Bennington está tratando de sonar mucho como Weiland. ¿Cuál es su veredicto?


Unas cuantas horas más tarde de recibir la noticia del nuevo cantante de Stone Temple Pilots, me crucé con otro titular. En este caso, no se trataba del nacimiento de un nuevo proyecto musical, sino del fin de uno. Ray Manzarek, teclista de The Doors, había muerto tras una larga batalla con el cáncer. Para muchos, pensar en The Doors es pensar en Jim Morrison. Entendible. Su actitud de rock star (tal vez el primero de la historia), sus letras, pinta, puesta en escena, dejaron una de las marcas más duraderas en la historia del rock. 

Así como es imposible no pensar en el Poeta Eléctrico cuando se piensa en The Doors, creo que es imposible no pensar en Manzarek. Lo que era Richard Wright para Pink Floyd, era Ray Manzarek para The Doors: la columna vertebral del grupo, el arquitecto de las atmósferas que crearon el inconfundible sonido del cuarteto, su arma secreta. Traten de imaginar una canción de The Doors sin el teclado de Manzarek. La que quieran.  Alabama Song, L.A Woman, Break on Through, Light My Fire, Love Street, The Unknown Soldier. Lo más seguro es que no van a poder, pero si lo logran, probablemente oirán en sus mentes una canción cuya alma pareciera haber sido robada. Traten de hacer una lista de músicos cuya interpretación de un instrumento se haya vuelto icónica e indentificable con tan solo oírla. Manzarek y su interpretación del teclado deben estar en esa lista. 


El trabajo de Manzarek era tan único y vital para The Doors, que al oírlo, así fuera en una canción no muy conocida, mucha gente decía cosas como: “Eso es The Doors, ¿cierto?”. Ese tipo de músico era él. No puedo pensar en muchos músicos que lograran tal efecto con sus instrumentos.

La historia de The Doors es una de las historias del rock que más me ha intrigado. Siempre he pensado cómo habría sido verlos en vivo a finales de los 60, cómo era Jim Morrison realmente (la película de Oliver Stone lo hace ver únicamente como un borracho incontrolable, algo que sus compañeros de banda han criticado constantemente). En mis reuniones, fiestas o iPod nunca ha dejado de sonar sus canciones. Me alegra, me divierte, me hace ese sentir ese toque de rebeldía y eterna juventud con el cual está impregnado el caos sistemático que es su música. Me inspira. Por eso, hoy digo: “Thank you, Ray. Don´t forget to turn out the light”.