jueves, 25 de julio de 2024

Recordemos el caos del show de Limp Bizkit en Woodstock 99

 


Lo que se suponía serían tres días de paz y amor terminaron siendo un coctel de vandalismo y crimen. 25 años han pasado desde aquel caótico fin de semana en el que practicamente todo salió mal, especialmente durante la presentación de Limp Bizkit. ¿de quién fue la culpa? ¿del grupo? ¿de la organización? 

El festival comenzó el viernes 23 de julio, y desde entonces ya había algo que olía mal. En repetidas ocasiones los asistentes del sexo masculino gritaban "¡muéstranos tus tetas!" a cualquier mujer que se parara sobre el escenario. Sheryl Crow fue una de las víctimas de esta petición, a la cual ella contestó que "tendrían que pagar mucho más dinero para ver mis tetas". Ese mismo día durante la presentación de The Offspring, el cantante Dexter Holland notó que muchas mujeres estaban siendo tocadas en sus partes íntimas, llamando incluso la atención de los abusadores e invitando a las mujeres a vengarse "agarrándole las putas bolas" a quienes lo hicieran. Si bien el público no se portaba bien, los artistas en el escenario tampoco estaban ayudando. Los mismos Offspring incitaron un poco al público cuando comenzaron a pegarle a bates a unos muñecos de los Backstreet Boys, lo cual llevó a que los asistentes se exaltaran. Para el final del set del grupo, el escenario parecía un centro de reciclaje de plástico, esto por las innumerables botellas que fueron arrojadas por el público. 

Pero sí ni el público ni los artistas ayudaban a calmar a las masas, los organizadores tampoco. En una movida bastante cuestionable, pusieron a Korn a tocar antes de Bush. Lo que pudo ser un grave error si se tiene en cuenta la naturaleza agresiva de la música de la banda estadounidense versus las cualidades algo más calmadas de Bush. El mismo Gavin Rossdale, vocalista de Bush, confesó haber sentido nervios por tocar después de Korn, temiendo que el público pudiera ponerse violento al ver que su música no era tan pesada. A propósito de Korn, su cantante Jonathan Davis comentó que la organización puso a Bush en una situación potencialmente peligrosa. 

Dicen por ahí que árbol que nace torcido no se endereza. Woodstock 99 fue un árbol que nunca se enderezó, y el sábado todo empeoró. Había más gente de la que debería haber, los precios de todo eran elevados, y el calor era insoportable. El ingrediente que faltaba para terminar de desbordar el caos era el musical. La organización, en una movida terriblemente desacertada, hizo que grupos de un estilo más calmado y no del agrado de lo que los jóvenes y rebeldes asistentes querían ver. Artistas como The Tragically Hip y Guster fueron recibidos con todo menos amor. La actitud del público se puso aún peor con la actuación de Alanis Morissette quien habló sobre la apatía de los presentes en el festival, diciendo que hacía el final de su presentación la gente comenzó a chiflar y a aclamar a Limp Bizkit. 

Cuando por fin Fred Durst y su combo se montaron a la tarima, se sentía que algo estaba por estallar. Tras un MUY calmado concierto por parte de Alanis, la gente quería romper todo, lo cual terminaron haciendo cuando Limp Bizkit tocó la canción perfecta para hacerlo: Break Stuff. La energía del grupo parecía estar invitando a todos a portarse mal. Cuando sus integrantes pisaron el escenario lo hicieron con una actitud retadora y que inspiraba violencia. Se notaba en la cara de Durst y en la actitud del bajista Sam Rivers, quien lo primero que hizo fue mostrarles el dedo del medio a los allí presentes. La gasolina estaba regada y los fósforos en manos de todos. 

Fred Durst siempre ha sido un gran animador, pero en cada una de sus intervenciones entre canciones lo que hizo fue llevar al público al desenfado total. Después de tocar 9 Teen 90 Nine, el vocalista se dirigió al público diciendo "quieren que les pidamos que se calmen. ¿Que se calmen? Eso es lo que Alanis Morissette los puso a hacer". Canción tras canción todo se ponía peor. Hasta que para el final, la gente estaba tumbando los baños, saltando sobre estos, rompiendo las barreras de seguridad y la madera contrachapada, la cual usó el mismo Durst para meterse entre el público a surfear. Según Jonathan Davis, de Korn, Limp Bizkit no fue el catalizador de la violencia, vandalismo, y violaciones. Si bien no fue el principal culpable, vaya que si jugó un papel no menor, junto a la organización, y al comportamiento de los asistentes.

Alrededor de 50 personas fueron arrestadas, y más de 5 mil personas fueron atendidas en hospitales cercanos tras el concierto. Un desastre total. No sorprende que después de la versión 99 del festival, nadie se le haya medido a organizar otra. Excepto por el fiasco que intentaron organizar en 2019 para celebrar los 50 años del festival. Deje así. Lección aprendida.